miércoles, 28 de septiembre de 2011

El retorno a la esencia

Hace un tiempo me cuestionaba a mi mismo, si era que me estaba volviendo conformista o si era que estaba aprendiendo a disfrutar todo lo que tengo hoy.
Mas allá de esa disyuntiva, si puedo darme cuenta que hay tanto para disfrutar en esta vida que no es necesario luchar para ello, sino simplemente aprender a detenerse y observar en paz alrededor. 
Pero claro, ¿dónde está parado usted?, ¿en la mitad de un centro urbano? En algún lugar de una planta industrial o sumergido debajo de cientos de papeles en su oficina? O quizás en un lugar público rodeado de muchas personas hablando y quejándose...
No importa donde esté… lo que importa es que en algún momento del día usted debe buscar un lugar donde pueda llegar sin dificultad a estar calmado y contemplar lo que lo rodea.
¿Y que es todo lo hermoso que hay para ver?, niños jugando, su familia, un parque, el mar, una colina, mirar la lluvia, sus gotas caer y golpear suavemente su ventana, escuchar una música que lo haga sentirse mejor, mirar unos ojos amigos, unos ojos amados.
Todo lo bueno está disponible siempre, tan sólo hay que aprender a tener armonía interior, y no es que sea como la paradoja del huevo o la gallina primero, pues alcanzar la paz con uno mismo siempre es posible… y a partir de allí todo puede ser posible.
Toda persona debe primeramente aprender a aceptarse tal cual es, en este mismo momento de la vida, de ninguna manera uno debe permitirse pensar “podría llegar a ser mejor, y entonces sí estaré contento conmigo mismo”… NO… usted debe aceptarse ahora mismo como es, a partir de allí, trabajar para alcanzar la armonía con su interior, su pasado, su presente. 
Cuando alguien logra aceptar su realidad, su historia, a partir de allí puede pensar firmemente en alcanzar logros de superación. No sirve engañarse a uno mismo.
El camino de superación, la evolución espiritual, se puede lograr cumpliendo etapas, no es un proceso que se realiza en cualquier orden.
Para alcanzar escalones más elevados de la propia existencia, una persona debe cambiar su forma de ser, su forma de pensar y de sentir, pero para ello, primero debe aprender a conocerse desde un trabajo de profunda honestidad, observar bien adentro que es lo que hay, y entonces una vez conocido, sí, planificar como ir cambiando todo aquello que se debe corregir.
Así una persona que camina por su sendero espiritual podría ver su travesía como un circulo con varias etapas:
  • Empieza buscando su paz, 
  • Busca en su interior aquello que es más importante corregir.
  • Luego traza un plan a seguir para llevar adelante el cambio. 
  • Una vez que logra el cambio estará en un nuevo plano que le permitirá observar su interior desde una perspectiva mejor. 
  • Accede a un nuevo nivel de conciencia.
Entonces ese camino circular termina siendo un espiral ascendente que va desde un piso oscuro, a planos de gris y cada vez subirá más hacia la luz.
Volviendo al retorno a la esencia, esta es una parte del camino de ascensión, a medida que un caminante avanza en su sendero, aprende a apartarse de todo lo innecesario, pues lo superfluo es una carga que dificulta el camino. 
Cuando más y más se asciende, habrá que alivianar la mochila que se carga, y así se llega a la esencia de la vida. 
Vivir con lo esencial sin cargas ningunas, comer lo necesario, comida sana y natural, ejercitar el cuerpo, no para competir con nadie, sino para tener el cuerpo fuerte para seguir avanzando en la vida.
Trabajar solo para el bien de la familia y para ganarse la vida honestamente.
Respetar a todas las personas, respetarse a sí mismo. 
Vigilar lo que se piensa, mantener una conciencia positiva. 
Hacer ejercicios de respiración profunda, cantar mantras para elevar la vibración o sino orar, diariamente, pero con toda la conciencia puesta en cada palabra que se dice, y finalmente trabajar en la oración personal.
Gracias por seguir mis lecturas, Paul Barbé
Pd: está disponible mi Blog en ingles, aunque no está tan actualizado como este, saludos

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