La mente está constantemente acosada por distracciones, nuestros sentidos, nuestros recuerdos, deseos, emociones, miedos, ansiedad y por lo que interpretamos del mundo exterior, de las otras personas.
Las emociones básicas, miedo, rabia, rencor, angustia, afectan la mente y enferman al cuerpo. El miedo a la muerte, al abandono. El apego a las cosas, lo que falta, lo que se pierde. Rabia, enojo por tantas cosas que afectan los deseos del Ego.
La pesada ancla hacia el pasado no resuelto, ese enorme baúl de experiencias no superadas que intentamos dejar quietas allí para que no molesten.
Para avanzar debemos liberar la mente de tanta interferencia, hay que buscar el silencio interior y desprenderse paso a paso de todo lo que distrae, y así elevar el estado de la mente para poder acceder a un estado superior.
Las emociones distraen a la mente para evitar recordar pasados dolorosos, es nuestro Ego que lanza pensamientos para zafar de sufrir, pues sólo le interesa pasar bien en todo momento,
por eso sucede que esas experiencias permanecen tanto tiempo provocando daño en la persona, al no poder procesar debidamente la experiencia, que es encontrar en ella la enseñanza correspondiente y luego soltarla.
Cuando se logra abrir el baúl de los recuerdos y retirar de allí una a una las experiencias traumáticas, enfrentando sus hechos y buscando su enseñanza, una vez pasado el dolor, se gana sabiduría y se aliviana el pesado baúl que se debe cargar día a día.
Quienes superaron recuerdos traumáticos, logran que el miedo sea cada vez menor, tienen una mayor tranquilidad para enfrentar su vida, el dolor de lo que llegue se hace manejable y por lo tanto se van transformando en buenos consejeros en temas de la vida.
Me sucedió en mi pasado haber caído en algunas situaciones realmente angustiantes, en las que mi mente no lograba superar mi estado emocional, cuando ya no supe cómo hacer para seguir adelante con mi vida. Fue cuando en la desesperación enfrenté aquella experiencia que me había llevado a ese estado y me dejé caer en el llanto, llorar hasta casi perder la respiración.
En lo más profundo de la angustia y depresión, en el fondo de mi pozo emocional, allí en lo oscuro de ese momento donde era necesario encontrar una salida para no sucumbir, mi mente buscó y buscó salir, saltando del recuerdo a la emoción que producía en mí, luego al estado en que mi cuerpo estaba… arrollado, casi sin aire, mal; para luego volver a poner mi atención en el recuerdo traumático, cayendo otra vez al fondo escuchando mi cuerpo jadear; entonces de pronto mi mente logró encontrar la luz de salida.
Porque logró cambiar el foco, mi mente (al conectarse con mi Alma), tomó conciencia y salió del mar de emociones y pensamientos enmarañados a algo mucho más básico el estado de mi propio cuerpo enfermo.
Y una vez que tomé conciencia que podía estar en otro lugar más allá del ámbito de los pensamientos y emociones, pude comprender que soy capaz de estar en otros espacios. Entonces pude realizar un salto por encima de todos los niveles que jamás había estado y alcanzar un plano superior.
Con la mente rendida, mi Alma tomó el control y en ese momento de conciencia de poder estar en otro espacio de mi ser, mi respiración cambió, se hizo profunda, larga, mi vibración comenzó a elevarse, respiré mucho como queriendo recuperar todo el aire que faltaba.
Me di cuenta que había superado un recuerdo traumático, pero mucho más que eso, gané conciencia que mi mente podía alcanzar estados superiores, y que gracias a un hecho muy angustioso, con la mente rendida, mi Alma tomó el control y pude elevar el estado normal de mi mente hacia algo superior, en donde las emociones quedaron aparte, en donde los sentidos no estaban interfiriendo.
En ese estado de silencio repentino estaba un nuevo bienestar, en ese espacio de mi ser estaba realmente cerca de mi alma, de mi presencia más allá de este mundo que me rodea, estaba en un lugar del Universo donde tomé conciencia de otras energías, de otras presencias, de otras realidades.
Entonces, concluí que si pude llegar a un estado superior a partir de una situación angustiosa, luego que también era posible alcanzarla en cualquier momento de mi diario vivir y que aprendiendo a meditar podría cambiar la atención de mi mente.
Y así, liberarme del ancla de las necesidades del cuerpo físico, de los pensamientos que se encadenan entre sí para no parar nunca entre recuerdos, deseos, preocupaciones y planes. También liberarme de las emociones que llevan a pensar y recordar y por lo tanto volver a retomar la cadena.
La meditación debe lograr en primera instancia tener conciencia de esa quietud que se vive, de la respiración pausada, del bienestar que se consigue en ese estado, luego prestar atención al silencio interior pues dentro de él están los ecos de los mensajes recibidos de los planos superiores.
La mente sufre el dolor y crece con el amor, pero mucho más en su búsqueda de conexión con el espíritu. El espíritu busca aprender pues a ello vino a encarnarse a este mundo. Entonces es función de la mente ayudar al espíritu a superar todas y cada una de las experiencias pasadas, pues en ellas están todas las enseñanzas que necesita aprender para elevar al espíritu.
Es así que es tan importante soltarse a enfrentar las experiencias no resueltas del pasado, aunque el precio pueda ser caer en el fondo de pozos emocionales, si no fuera así, seguiremos caminando en la vida intentando engañarnos a nosotros mismos que está todo bien, seguimos anclados al pasado, estamos secuestrados por nuestro propio Ego a un estado de inconsciencia, de irrealidad.
Es así que hay un motivo para tantos sufrimientos, aprender de ellos y superarlos, hay un motivo para buscar la paz interior, elevar el estado normal de la mente hacia estados de intimidad con su propio ser, buscar un contacto con el espíritu, allí está el camino a seguir en los próximos pasos del diario vivir.
Es necesario, enfocar a la mente en que debe evitar distraerse, en que fije su atención en la búsqueda de la trascendencia, en vez de perder el tiempo en todo lo que mañana o pasado va a colapsar.
Quitar a la mente del camino de la ilusión, que es como insistir en seguir viviendo los sueños de la noche, por ello la mente debe utilizar su enorme potencial en realizar el salto hacia el camino que lo lleva a acercarse a la fuente de energía universal.
Trabajar en comprender las verdades eternas posibles de alcanzar tan solo ocupando la potencialidad humana en su verdadero camino.
Nuestro espíritu aceptó el desafío de encarnarse en este cuerpo humano dejando su lugar de luz, tan solo para venir a aprender en esta vida, pues bueno, ayudemos a nuestro espíritu, enfoquemos nuestros días de vida hacia el verdadero propósito por el que estamos en este mundo, aprender. Nuestro espíritu, nuestra esencia de energía universal necesitan aprender y elevarse para poder acercarse más a los planos superiores de energía universal.
Una vez alcanzado el silencio interior se va aprendiendo a dar saltos hacia estados superiores del propio ser, hasta el momento en que la mente aprende a comunicarse directamente con su propia alma, y por lo tanto a estar a un paso de abrir la puerta hacia la luz de su espíritu, y por lo tanto hacia la presencia de Dios.
PD: Agradezco a todos mis lectores por sobrellevar mis errores de redacción, por seguir leyendo mis lineas aunque mis conceptos no sean del todo de acuerdo con los suyos. Tan solo ofrezco mis vivencias y mi escaso saber. Gracias nuevamente por seguir conmigo en mi segundo mes del Blog.
Un abrazo espiritual a todos, Paul Barbé