Ayer fui invitado por amigos a participar una vez más en una ceremonia guaraní, en esta ocasión para festejar la llegada de la primavera.
Mis amigos querían festejar también la llegada de nuevas semillas puras que trajeron otros amigos de sus viajes, semillas que sembraron en estos días en la chacra. Una lucha para mantener la pureza frente a lo transgénico.
Después de unos meses que no participaba en estas ceremonias, fue un hermoso reencuentro para mí con el fuego sagrado...
Eramos pocos en esta oportunidad, pero nunca se trató de número para que la ceremonia fuera importante o conmovedora.
A medida que nos vamos incorporando al circulo alrededor del fuego, algunos quedan sentados en silencio, otros como yo tomamos algún instrumento y comenzamos a unir nuestro sonido al grupo. Así pasamos un largo rato tocando lo que cada uno siente tocar, con su tambor, su mazo de semillas, sus cuerdas, sus manos... cada uno tocando y armonizando alrededor del fuego, tanto el ritmo como los corazones.
El fuego sagrado nos convoca, la Tierra nos cobija, tanto para agradecer, el alimento de Madre Tierra, el agua pura de nuestra tierra, el viento, la lluvia, las semillas, la cultura recibida de nuestros abuelos, la que debemos preservar.
Mis amigos querían festejar también la llegada de nuevas semillas puras que trajeron otros amigos de sus viajes, semillas que sembraron en estos días en la chacra. Una lucha para mantener la pureza frente a lo transgénico.
Después de unos meses que no participaba en estas ceremonias, fue un hermoso reencuentro para mí con el fuego sagrado...
Eramos pocos en esta oportunidad, pero nunca se trató de número para que la ceremonia fuera importante o conmovedora.
A medida que nos vamos incorporando al circulo alrededor del fuego, algunos quedan sentados en silencio, otros como yo tomamos algún instrumento y comenzamos a unir nuestro sonido al grupo. Así pasamos un largo rato tocando lo que cada uno siente tocar, con su tambor, su mazo de semillas, sus cuerdas, sus manos... cada uno tocando y armonizando alrededor del fuego, tanto el ritmo como los corazones.
El fuego sagrado nos convoca, la Tierra nos cobija, tanto para agradecer, el alimento de Madre Tierra, el agua pura de nuestra tierra, el viento, la lluvia, las semillas, la cultura recibida de nuestros abuelos, la que debemos preservar.
Mirar el fuego, cosa que todos hacemos, su luz llega hasta el Alma, su calor nos calma, el circulo de hermanos alrededor del fuego nos acerca los corazones, nos muestra nuestros anhelos comunes.
Y así comienza en un momento la rueda de compartir, primero la pipa ceremonial, luego el mate...
Y así comienza en un momento la rueda de compartir, primero la pipa ceremonial, luego el mate...
Caminar con la pipa alrededor del fuego es una experiencia conmovedora cuando quien lo hace logra conectarse con el fuego, con el grupo, con la energía que se mueve, con el propósito de honrar a esa madre de todos nosotros.
Una ceremonia que sostiene una antigua tradición, que muestra la importancia de cuidar nuestro entorno, la importancia de lo simple de la vida, que señala el gran error del hombre que vive bajo la ambición y el egoísmo social cada vez más aislado y desesperado.
Un pequeño grupo de guerreros de la luz, son mucho más fuertes que cientos de corredores hacia la nada, de maratonistas tras metas ilusorias.
La ceremonia cierra siempre pasando el bastón de la voz, donde cada quien que lo recibe es quien tiene la palabra y será escuchado por todo el grupo, para luego pasarlo a su hermano de su derecha.
Siempre las palabras que se escuchan son un alimento para el Alma, aunque sean pocas y sencillas, siempre son voces del corazón, voces que llegan desde nuestros ancestros y su sabiduría transmitida de boca en boca.
Algunos logran hablar más que otros, algunos logran trasmitir más, pero todos compartimos lo mejor que podemos entregar.
Todos nos emocionamos, vibramos juntos y siempre ese abrazo final que intercambiamos entre todos muestra la importancia de lo simple, la gigantesca importancia de agradecer a Madre Tierra por darnos todo y afirma nuestro compromiso en cuidarla.
Ojalá cada vez sean más los buscadores que se unan a estos círculos de guerreros de la luz, de guardianes de nuestra madre de todos.
Ojalá encontremos un camino para acercar más hermanos al camino correcto, pues no son los caminantes solitarios los que más progresan, todo caminante debe algunas veces por año reunirse con sus hermanos, aunque sea tan solo para intercambiar un saludo, un abrazo, para sintonizarse con la energía del grupo que lo hará más fuerte.
Todos nos emocionamos, vibramos juntos y siempre ese abrazo final que intercambiamos entre todos muestra la importancia de lo simple, la gigantesca importancia de agradecer a Madre Tierra por darnos todo y afirma nuestro compromiso en cuidarla.
Ojalá cada vez sean más los buscadores que se unan a estos círculos de guerreros de la luz, de guardianes de nuestra madre de todos.
Ojalá encontremos un camino para acercar más hermanos al camino correcto, pues no son los caminantes solitarios los que más progresan, todo caminante debe algunas veces por año reunirse con sus hermanos, aunque sea tan solo para intercambiar un saludo, un abrazo, para sintonizarse con la energía del grupo que lo hará más fuerte.
Son tiempos para buscar unir a los caminantes y guerreros de luz, los caminos silenciosos se encontrarán un día bajo el rayo que el Gran Espíritu nos enviará para bendecir a sus buenos hijos.
Un gran abrazo a todos mis hermanos caminantes, Paul Barbé