Este miedo que menciono hoy es un problema que todos cargamos a lo largo de nuestra vida y nos afecta en más o menos grado.
De niños tememos perder a nuestros padres, a quienes nos cuidan y protegen. Pero a medida que crecemos comenzamos a incorporar otras personas primero amigos y en el futuro aquellos de quienes nos enamoramos.
Cuando perdemos un amigo se nos desestabiliza nuestro mundo, no a todos en la misma medida, pero nos afecta pues "ese amigo nos abandonó" nos dice nuestro miedo ancestral.
El día que perdemos a nuestro primer amor, el sufrimiento es enorme... y otra vez ese miedo nos acongoja...
Vamos teniendo muchas pérdidas o alejamientos de seres queridos en nuestra vida, y cosas menos importantes pero que nos afectan también es perder trabajos... nos sentimos inseguros y "abandonados en este mundo salvaje, desprotegidos"...
Una vez en una reunión de amigos cuando vivía en Italia una mujer con quien hablaba me dijo "todos estamos solos" nos quedamos enganchados en ese concepto al cual se incorporaron otros amigos que se sumaron.
En definitiva es cierto, estamos solos... por un lado la única companía segura que tendremos a lo largo de nuestra vida somos nosotros mismos.
Sin embargo, es a ese compañero seguro, a ese amigo "inseparable" es al que menos cuidamos.
No hablo de la cáscara exterior aquella que si cuidamos porque es la que "sociabiliza", es la parte interior la que dejamos abandonada... a nuestra Alma, pero cada vez que quedamos solos digamos inesperadamente... cada vez que nos hiere otra persona, pretendemos acudir a ese amigo abandonado... y nos encontramos que no sabemos hablar con él.
Es algo similar a lo que ocurre a un mal creyente, se acuerda de rezarle a su Dios cuando las cosas van mal y entonces pide rescate... y si eso que pide no se endereza, no se compone o no le es devuelto... entonces reniega de su Dios y de todos sus ángeles.
Volviendo al ser interior... pocos llegan a plantearse en su vida diaria ocupar algunos minutos diarios a buscar el silencio interior y aprender a sentirse bien con él.
No se cultiva la búsqueda de la paz interior, del encontrar felicidad interior a sí sea por un único minuto... a pesar que todo lo externo se vea muy mal...
Hay cosas que no se pueden componer tratándose de otras personas, o cosas del mundo material... y aunque mucho parezca faltar o estar mal respecto a lo exterior...
NADA impide que nos sentemos en un lugar, respiremos con calma, despacio, profundo y miremos a nuestro interior...
Si cada día ejercitamos eso, un minuto de felicidad interna, y luego intentamos que esos minutos sean muchos en el día, todo cambiará. A pesar que estemos realmente solos, a pesar de cualquier cosa que haya pasado, como ya aprendimos a alcanzar pequeñas pausas de felicidad interna... esas pausas ayudarán enormemente.
En este mundo donde el estrés es algo normal, donde las relaciones entre las personas son cada vez más virtuales, la gente se comunica cada vez más electrónicamente y cada vez menos cuando están juntos... donde una pareja está bien hoy y mañana ya no pueden verse... donde un amigo de años está aquí pero mañana su vida lo aleja... debemos estar preparados para sentirnos bien con nosotros mismos... no sólo por la paz del momento...
Aquellos que aprenden a encontrar su paz interior, y más aun a llegar a ella a pesar de estar en momentos o épocas difíciles, seguramente no ha alcanzado solo eso sino que además se ha transformado internamente y realmente vive mejor y es capaz de lograr muchas cosas realmente importantes.
A esta altura de mi vida, creo que todos debemos cuidar nuestro interior y valorar a aquellos amigos que les agrada nuestra companía no porque nos necesitan sino porque desean estar cerca de nuestro ser interior.
Es preferible intercambiar unas docenas de palabras de importante contenido humano, emotivo o respecto a valores o experiencias de aprendizaje que compartir miles de mensajes vacíos...
No se cultiva la búsqueda de la paz interior, del encontrar felicidad interior a sí sea por un único minuto... a pesar que todo lo externo se vea muy mal...
Hay cosas que no se pueden componer tratándose de otras personas, o cosas del mundo material... y aunque mucho parezca faltar o estar mal respecto a lo exterior...
NADA impide que nos sentemos en un lugar, respiremos con calma, despacio, profundo y miremos a nuestro interior...
Si cada día ejercitamos eso, un minuto de felicidad interna, y luego intentamos que esos minutos sean muchos en el día, todo cambiará. A pesar que estemos realmente solos, a pesar de cualquier cosa que haya pasado, como ya aprendimos a alcanzar pequeñas pausas de felicidad interna... esas pausas ayudarán enormemente.
En este mundo donde el estrés es algo normal, donde las relaciones entre las personas son cada vez más virtuales, la gente se comunica cada vez más electrónicamente y cada vez menos cuando están juntos... donde una pareja está bien hoy y mañana ya no pueden verse... donde un amigo de años está aquí pero mañana su vida lo aleja... debemos estar preparados para sentirnos bien con nosotros mismos... no sólo por la paz del momento...
Aquellos que aprenden a encontrar su paz interior, y más aun a llegar a ella a pesar de estar en momentos o épocas difíciles, seguramente no ha alcanzado solo eso sino que además se ha transformado internamente y realmente vive mejor y es capaz de lograr muchas cosas realmente importantes.
A esta altura de mi vida, creo que todos debemos cuidar nuestro interior y valorar a aquellos amigos que les agrada nuestra companía no porque nos necesitan sino porque desean estar cerca de nuestro ser interior.
Es preferible intercambiar unas docenas de palabras de importante contenido humano, emotivo o respecto a valores o experiencias de aprendizaje que compartir miles de mensajes vacíos...
Lo que abunda es cháchara, basura comunicativa, basura contaminante que luego cuando queremos buscar nuestra paz interior no sabemos que hacer con todo eso y donde colocarlo. No es tarea fácil alcanzar el silencio interior, pero mucho menos si permitimos que nos contaminen la mente constantemente.
El problema no es estar sólo, como dice el refrán "mas vale sólo que mal acompañado"... por lo tanto también es importante cuidar la calidad de nuestras relaciones, la calidad de nuestra comunicación. Así a quienes tendremos cerca serán personas menos propensas a abandonarnos pues serán como decía antes, aquellos que les agrada estar cerca de nuestro yo interior y por lo tanto son personas realmente acercadas.
Finalizando entonces, una manera de reducir drásticamente el miedo ancestral a ser abandonados es primero, cultivar nuestro interior y por lo tanto también cuidar la calidad de relacionamiento.
Un abrazo a todos, cualquier comentario será agradecido.
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