Como todo trabajo que realizamos siempre esperamos obtener un retorno, quien trabaja cargando bolsas espera al final del mes recibir su salario. Quien estudia espera aprobar su examen, aquellos que se esfuerzan en avanzar en su sendero espiritual esperan llegar "más arriba", "más cerca de la luz", sentirse mejor consigo mismo, ver la luz en sus hermanos cercanos...
Cada período de trabajo diferente que he emprendido en este sendero, lleva etapas alentadoras y otras donde llega el cuestionamiento, ¿acaso estoy avanzando?.
Nunca ha llegado la respuesta, entonces la forma que he encontrado para sostener mi esfuerzo es esta: si no hago mi trabajo espiritual diario, al final del día siento "es un día más perdido".
Es muy extraño como nuestros planos de existencia se
relacionan...
El
Ego busca su propia satisfacción y cumplidas sus necesidades o deseos, su foco
es Ahora.
La
mente busca aprender y entretenerse, se distrae siempre con el pasado y el
futuro probable.
La
conciencia tiene su lucha contra el Ego y lucha para mantenerse alejado de los
vicios...
y contra lo que la aleja de los buenos hábitos, valores y virtudes,
Por
otro lado el Alma busca evolucionar, vibrar más alto, acercarse a la luz de
Dios.
El
Alma depende de que la Conciencia le preste atención que prácticamente todo el
tiempo está luchando con el Ego.
No
es fácil conciliar todo esto.
Sin embargo comprendí un día que el cuerpo logra aceptar los designios de la mente, entonces si mantengo mi mente enfocada en un buen sendero el cuerpo sigue su camino sin importar el esfuerzo que haya que realizar. Pero además cuando logro poner la mente al servicio del Alma, y logro mantener mi diario trabajo en mi sendero espiritual, mi mente descansa en su paz y ese es su gran premio.
Cuando mi inquieta mente se coloca en conflicto con todo, cuando pierdo mi conexión con mi alma las cosas van mal.
No hay acción ninguna realizada solamente bajo los deseos de la mente que lleven a la paz, al sentirse bien más allá de un corto tiempo.
Un ejemplo bien concreto lo he visto y vivido en la relación con otras personas, y en especial con mis parejas de esta vida, cuando la mente y el cuerpo guían la relación, esa relación está destinada al fracaso, cuando la relación está guiada por el alma la relación crece, se fortalece y es un infinito placer.
Cada trabajo espiritual que logro realizar, siempre me ha dejado como obsequio sentirme mejor.
Entonces... ¿qué importa cuánto avance hacia mi meta? con el solo hecho de sentirme bien y en paz ya es suficiente. Y precisamente sentirme bien es el requisito básico para poder seguir realizando un trabajo espiritual posterior.
No se puede realizar ningún trabajo espiritual si uno mismo no siente armonía al hacerlo, no puedo recitar un mantra, decir una oración si estoy pensando en otra cosa que me aleja de ese estado meditativo.
Aquellos días en que la energía está baja, en que cualquier cosa parece un enorme esfuerzo, es una señal que mi Alma me está avisando que no he hecho nada para subir mi nivel de vibración, es porque me falta energía que me siento así...
De allí el porqué de trabajar diariamente en un caminar espiritual, no hay metas, primero que todo trabajar en mí y aquellos días en que he logrado realizar un buen trabajo... entonces sí pensar en metas.
Hoy día intento elevar mi energía agradeciendo a la vida por todo lo que logro entender que debo agradecer, intento honrar a Dios lo mejor que puedo.
Le doy mucha importancia a cuidar las relaciones con todos, libre de juicio, o al menos lo intento.
Lucho diariamente a aceptar que hay un tiempo necesario para cada proceso de la vida y no es mi ansiedad que lo va a acelerar, más aún para mi evolución espiritual.
Hago mi mayor esfuerzo en recordar de honrar la energía viviente de todo lo que nos rodea, si no puedo comprender o aceptar a otro ser, si lo logro le doy mi bendición y lo dejo aparte...
Intento ser generoso en el intercambio con los demás, en mantenerme lejos de la actitud de "hacer negocio" y obtener más de los demás de lo que yo mismo doy...
Finalmente trabajo en ofrecer estos artículos a todos, aunque no sea fácil mantener un nivel elevado, aunque no reciba un comentario, aunque no reciba absolutamente nada a cambio, lo que importa y eso me reconforta, es entregar lo mejor de mí, generosamente y eso me hace sentir bien.
Un abrazo a quienes me leen, Paul Barbé