Hace unos años atrás, me había peleado con el mundo, convencido que debía triunfar y por lo tanto vencer a otros…, pero comencé a darme cuenta que cada logro tenía poco sabor, algo estaba mal pues siempre había un amargo sabor del rencor y un disgusto constante del que no encontraba yo, razón. Llegó un día en que constaté que estaba enfermo...
Había perdido la ternura… La ansiedad apretaba mi garganta tanto que no lograba ver mi camino. Todo lo que estaba mal en mi conflicto con el mundo tenía un extraño reflejo en mi cuerpo, es como si estaba enfermo de mis huesos y articulaciones ya que no podía caminar al lado de mis hermanos, y tampoco podía dar un abrazo fraternal porque me había endurecido.
Estaba quedando muy mal de mi vista, pues, no podía ver más allá de las cosas negativas de mi prójimo. Cuando pensé que estaba quedando sordo lo que sucedía era que había dejado de escuchar a los que estaban a mi lado cada día.
Para poder curarme, debía aprender a mirarme al espejo, y después de ello tomar la decisión de hacer un tratamiento diario… agradecimiento al despertarme en mi hogar; durante el día de trabajo, recordarme a cada hora tener paciencia, humildad, compañerismo, integridad y responsabilidad. Y antes de acostarme, ser constante en realizar alguna serie de ejercicios espirituales. En ningún momento pensé que sería fácil, pero esa medicina seguramente me iba a sanar.
Yo perdí muchas veces muchas cosas en mi vida. Pero me llevó muchos años darme cuenta realmente que era lo que había perdido... para poder comprender algunas veces que, realmente había ganado... había aprendido algo muy importante.
Acepté que si sufrí ... gané aprendizaje; cuando me aferré al rencor y finalmente lo solté comprendí el enorme valor del perdón, es libertad; cuando lloré mucho ... limpié mi alma y entonces al quitar el velo vi la luz del camino de salida.
Las veces que me sentí solo, terminé aceptando que había cerrado mi puerta a los demás; y las veces que pensé que había perdido todo, y no fue una sola vez… el tiempo me mostró que fue el final de una etapa y el inicio de un nuevo período de crecimiento hacia mi escalón superior.
Finalmente hice un extraordinario descubrimiento, no estoy solo, a mi alrededor hay mucha gente esperando mi sonrisa para poderse acercase a mí, y también esperando mi mano solidaria…
Me sentí tantas veces cansado y tirándome en la cama buscando un abrigo en mi propia lástima, las lágrimas me mostraron que siempre es posible y necesario recomenzar. Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo más importante, creer en uno mismo.
Si una persona joven decide no hacer nada por un año entero, parece una barbaridad tanta pérdida de tiempo y juventud, pero si la persona es mayor de 60 y también decide lo mismo, ¿acaso no es también una lamentable pérdida? Cualquier persona consigue envejecer. Eso no exige talento ni habilidad.
NO estamos cansados por estar más viejos, estamos cansados por vivir luchando contra nosotros mismos… No dejamos de amar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de amar.
Porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.
Cada día hay que buscar el sano humor y reír. Es imprescindible tener un sueño. Cuando se pierden los sueños, uno comienza a morir. Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ¡no se dan cuenta!
Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer. Para mantenerse creciendo hay que liberarse de los trapos viejos, las ataduras, buscar enseñanzas sin necesidad de tropezar, no te distraigas mirando al costado del sendero mantente atento a tu progreso. La idea es crecer siempre encontrando la oportunidad de cambiar. No tengas remordimientos. Los viejos generalmente no se arrepienten de aquello que hicieron, pero sí de aquellas cosas que dejaron de hacer.
Hay que comprender que nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que podemos probablemente ser.
Les propongo un desafío: estudien poesía, lean diariamente muchas reflexiones que abundan en internet, lean escrituras de poetas, pero también no tengan timidez en escribir líneas para ustedes mismos, pasado un tiempo cuando las lean comprobarán su propio progreso espiritual.
Recomenzar
Quizás ahora mismo sea un excelente momento para comenzar con un nuevo proyecto de vida. ¿Dónde quieres llegar? Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, pues la vida nos trae lo que anhelamos si luchamos por ello.
¿No es acaso un buen momento para una gran limpieza mental?.
Tira todo lo que te encadena al pasado y te hace daño, también despréndete de logros materiales que muy probablemente el día que los logres ya no los disfrutarás.
Limpia tu corazón, haz que esté listo para una nueva vida, proponte a amar más a quienes te rodean, sin pretender cambiarlos, sino aprendiendo a aceptarlos.
Aleja de tu vida todo lo que te hace sentir mal y cuida mucho no lastimar a los otros. Tu propia felicidad depende de todo lo que puedas lograr en armonía con el mundo; y a conquistar tu paz, armonía interior y amor por todo, porque somos la manifestación del amor.
Si comprendes que necesitas un cambio, no te distraigas ahora con paseos…, acepta caminar por el camino de la nueva aventura que tú mismo intuyes, un importante desafío, un nuevo viaje que te llevará a tu interior. Proponte en este día a ti mismo que harás todo lo posible para alcanzar tus objetivos. Confía en la vida, confía en ti.
"No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos; es porque no nos atrevemos que son difíciles" Séneca
Un abrazo a todos mis seguidores, Paul Barbé