lunes, 22 de agosto de 2011

Planificar y conquistar, los lastres del ser humano

La enseñanza típica de nuestra sociedad se basa en algunos conceptos que
generan una dirección errada para avanzar en la vida. En filosofía se ha
ponderado la frase 
"pienso, luego existo", en la vida competitiva propuesta por el consumismo sugiere a las personas que "cuando más tengo mejor viviré"
y otras como: 
"el que llega primero elige lo mejor".
Siguiendo esos consejos sucederá que, cuando más piense, más pre ocupado

estaré, o sea angustiado por cosas que aún no sucedieron, y también por
cosas que ya quedaron en el pasado. También viviré angustiado por todas
las cosas que tengo hoy y que por eventualidades de la vida puedo perder.
Esta progresión de ideas sociales impuestas hacen que algunas personas

llegan a la búsqueda de caminos espirituales, pero sin desprenderse realmente de aquellos conceptos.
Entonces asocian que el progreso espiritual llegará en la base de todo el apoyo que se logre de otras personas, sea por captar la atención de maestros que ayuden, enseñen, y corrijan su rumbo cada vez que lo pierdan, piensan que cuando más puedan pagar en cuanto a cursos, seminarios, retiros, libros y sesiones terapéuticas más avanzarán.
No alcanzan a percibir que cada paso que se dé en un avance espiritual, será la misma persona que lo realice en base a lo que logra cambiar de errado en su vida de sus hábitos y costumbres, mejorar corregiendo hacia lo verdadero.
Es parte del aprendizaje espiritual, lograr un mayor desapego por las
cosas mundanas, sobretodo las pertenencias. Esto no implica que la persona renuncie a sus posesiones, sino que debe dejar de pre_ocuparse por ellas, puede que en el mañana las siga teniendo o no, pero su vida no depende de ello, y tampoco su felicidad. 
Un ejemplo sencillo lo dan esas personas millonarias que son esclavas de sus posesiones, y mucho más infelices que sus más humildes y explotados empleados, y paradójicamente es muy probable que un gran empresario tenga una pobreza interior tan angustiante que pasaría verguenza ante la riqueza interior de algún sencillo empleado.
La riqueza material casi siempre va asociada a la pobreza de espíritu.
Volviendo al pensar y planificar, la mente constantemente está atada a

emociones y sentimientos. Las emociones van atadas a apegos y al Ego.
Los sentimientos casi siempre a deseos.
Durante muchos años se me hizo muy difícil lograr un estado similar a
una meditación, justamente porque no lograba vencer a mi mente... ella constantemente me bombardeaba con recuerdos, preocupaciones, sentimientos, en fin...

Un día aprendí que no podía evitar la llegada de pensamientos a mi momento meditativo, y el error consistía en luchar contra ellos y por lo tanto la perdida de mi paz interior, el sencillo secreto estaba en no dar importancia a la llegada de la idea que sea, y mantenerme en mi respiración y en mi foco sobre el silencio interior.
No puedo decir que he logrado grandes avances en meditación, pero un día

si logré algo que marcó un giro para siempre... 
Luego de poder mantener un largo rato muchos momentos consecutivos de silencio interior con pequeños cortes, y por lo tanto con la firme intención de mantenerme en mi vacío, en mi libertad hacia el mundo circulante, en un momento comprendí que cuando pude no pensar... no solo, no dejé de existir; sino que mucho más, que mi alma existirá por siempre.

Comprendí, que la muerte no terminará con mi existencia, y por lo tanto
debo trabajar en esa presencia eterna de mi Ser, y que esta vida es tan solo una estadía en un lugar del Universo, es tan solo una oportunidad para aprender unas cuantas lecciones.

Pero estas lecciones no se aprenderán persiguiendo ilusiones del diario vivir, sino que debo manejar mi diario vivir de manera que me permita un momento cada día para el trabajo de la educación de mi mente al servicio de mi espíritu.

Un abrazo para todos mis lectores, Paul Barbé