Estaba cansado y angustiado durante el día y sin poder dormir bien por las noches.
Quise huir
muy lejos, pero ¿a dónde? pues mis errores pasados no desaparecerían y mis
problemas me seguirían, elegí mirar de frente, levantar la cabeza, enfrentarme
a mis miedos y
fantasmas
porque no por darme la vuelta desaparecerían.
No quise
vivir en la angustia: y me permití llorar para desahogar y liberar el dolor
para después quedarme en la paz, con la esperanza y la luz.
Entonces
elegí que sueños quería soñar y luego con que ilusiones podía despertar, buscar
que horizonte que me esperaba, el proyecto que me llenara el día.
Como no quise
elegir caminos errados, elegí avanzar muy despacio, durante un tiempo suficiente,
y así llegar más lejos pero sobretodo disfrutando del paisaje y que no se me
escapara ninguna enseñanza...
No quise
vivir cansado, agarrado a mis recuerdos y mis nostalgias, elegí el descanso del
amigo y busqué sus abrazos, la charla trascendente sin prosas, sincera, honda,
hablar de lo aprendido en
la vida...
No pude olvidar mis fallos: pero elegí perdonarme, quererme, llevar con dignidad mis miserias y descubrir mis dones...
Hubo mil
cosas que no elegí, que dejé de hacer.
Otras que me llegaron de pronto y me
transformaron la vida.
Hubo cosas buenas y malas que no buscaba, caminos por los que
me perdí, personas que vinieron y se fueron, varias veces me encontré con una
vida que no esperaba.
Y elegí, al
menos, cómo vivirla sin transformar mi esencia... pero si usar mis
aprendizajes.
Ante todo eso, y a pesar de tantos fracasos nuevamente elegí una vez más no vivir solo y encontrar algún día la alegría de descubrir a otro, de dar, de compartir, elegí el amor.
Y mientras mi
compañera no llegue decoraré mis sueños, respiraré hondo para sostener la
esperanza y tener la valentía para afrontar las dificultades de este nuevo
camino.
No me
permitiré vivir muriendo, perdido entre mi pasado y futuros no queridos y un
futuro que no deseo.
Elijo una vez
más la vida, intentaré aprender a conservar mi sonrisa y hacer siempre lo mejor
que yo pueda y así cuando llegue la muerte, aunque no la elija… agradecer a
Dios porque morí viviendo
y buscando siempre ser mejor.