miércoles, 20 de julio de 2011

Religión y Espiritualidad

En mi vida tuve distintas etapas y ciclos respecto a la religión, la familia de mi madre era cristiana, mi padre quien sufrió en su vida las dos guerras mundiales y vio diezmar su familia o por la guerra o por la tuberculosis, se hizo profundamente ateo.
Mantuve mi creencia cristiana hasta mi juventud, pero cuando mi padre cayó enfermo a mis 20 años y lo vi sufrir tanto, luego de 4 años de sufrimiento interminable, me hice ateo yo también, sin embargo tal cual dice un viejo refrán nada es para siempre en esta vida, nunca digas nunca, ni jamás ni para siempre...
Cuando todo parecía caer llegaron a mi libros de Lobsang Rampa, con ellos me interesé mucho en la cultura y religión tibetana, sin embargo nunca pude aceptar totalmente su filosofía de vida, a pesar de eso incorporé una buena parte de su religión. Comencé un nuevo ciclo en mi vida, tratando de unir cristianismo, con budismo...
Los años pasaron y todo cambia, llegó a mí con el tiempo el interés de leer sobre la filosofía y religión hindú, pero también sobre incas y mayas...
Así comencé a notar puntos comunes en las religiones del mundo. El plano espiritual a mi entender unifica el creer de la Humanidad...
Mi vida tuvo muchos cambios, quizás sea ese el destino de esta vida que me tocó... luchar por cosas, perder interés y cambiar de rumbos, intentar e intentar seguir adelante…
Siempre noté el conflicto en mí y claro en las demás personas, la competencia entre las metas materiales y sociales, y su claro antagonismo con la paz interior. 
Todas las veces que dediqué mis mayores esfuerzos al progreso mundano, fue cuando a pesar de mis logros mi interior se sentía más desdichado. Y otras veces que dedicaba mi esfuerzo en lo espiritual las cosas se me complicaron en lo social... parecía ser una cuestión de elección una o la otra, pero no ambas.
Quizás el gran quiebre interior se generó en el proceso que me llevó a mi iniciación en Reiki, y luego mi indeclinable decisión de alcanzar la maestría. Desde un principio se planteó que si dedicaba mi vida por completo al Reiki alcanzaría ese objetivo, pero solo así...
Entonces llegó un momento que nació una rebeldía en mí, y decidí buscar mi propio camino. Sin darme cuenta que esa decisión cambiaría mi vida tanto como lo hizo, pues me llevó a ir modificando mucho en mí. Aún así logré la maestría y al mismo tiempo seguir "enganchado" a mi sustento económico tradicional, como un trabajador más. Encontré una manera se seguir así, pero claro con sus costos...
Lo que deseo compartir de todo esto, es que, no hay un único camino para llegar a una meta, lo que importa es la voluntad de atenerse a una decisión, y sostener cada día el esfuerzo por alcanzarla.
Para progresar espiritualmente no hace falta ser religioso, no hace falta seguir un dogma, no hace falta apegarse a reglas que dictaron otros...
No estoy diciendo que marcarse un camino único sea fácil de seguirlo, pero sí sostengo firmemente que, solo logro sentirme bien cuando me mantengo en el intento de superarme como ser humano, cuando cada día hago mi trabajo espiritual, no me preocupo por establecerme una rutina rígida que si no cumplo me hace sentir mal, pero si sostener el trabajo, no dar pasos hacia atrás...
Si estoy trabajando un mejoramiento de ir transformando un defecto hacia el camino de su opuesto, una virtud, no me permito retroceder... Intento en el día de trabajo, cuidar mis conceptos sin permitir contaminarlos por los acontecimientos del diario vivir.
Y volviendo a la disyuntiva religión o espiritualidad, para mí, una cosa no quita la otra, pero al mismo tiempo si sostengo, ser religioso no quiere decir que se sea espiritual.
Recuerdo una entrevista que se le hizo al Dalai Lama, líder espiritual del pueblo tibetano:
¿Cuál es la mejor religión?
"La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al infinito. Es aquella que te hace mejor"
¿Qué es lo que me hace mejor?
"Aquellos que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético... la religión que consiga hacer eso de ti es la mejor religión"
De esta forma aliento a mis lectores, a que no se aten a conceptos establecidos por otros, si se sienten cómodos con una religión, sosténganla. Aún así, agradecer a Dios se puede hacer de miles de maneras. No importa si es a través de una oración tradicional, o esa misma oración que la memorizamos mal pero igual la repetimos, pues al menos lo hacemos, y aún así, está bien si lo hacemos con nuestra propia oración personal.
El hecho de agradecer a Dios por todo trae un retorno importante como premio… nos sentimos mejor. 
Es importante orar, no es bueno pedir siempre, hay que agradecer más. 
Es importante orar pero mucho más mantener una actitud acorde con lo que se reza. 
No valen las trampas al solitario, por algo muy sencillo no hay peor juez que uno mismo.
Para terminar este artículo, canta tus mantras, ora como te haga sentir mejor, aprende a sonreírte a ti mismo en el espejo, intenta seguir tu mejor camino y vivirás más en paz y así será más fácil tu camino y el de quienes comparten tu vida y la de aquellos que cruzas cada día.
Un abrazo para todos, Paul Barbé