Siempre me asombré del convencimiento que tienen muchas personas, que dicen estar en un camino espiritual, de sus progresos notorios, de todo lo que van logrando en determinados periodos de tiempo.
Cada vez que estuve presente en grupos donde se intercambiaba comentarios entre los presentes, de las distintas disciplinas que conocían, de una lista de rituales que seguían, de los cursos que participaron, de lo que pagaron por ellos, o los viajes y seminarios... en fin, escucharlos siempre me dió la impresión que progresar en el camino espiritual es solo para los elegidos de la vida...
De esta vida, que les ha sonreído y pueden pagarse cursos, viajes y seminarios, que pueden dedicar muchas horas por día a distintas disciplinas de meditación.
De las experiencias que siempre recuerdo, hay una que viene a esta reflexión, en 1996 cuando terminaba mi ultimo día del seminario de mi iniciación en Reiki 1, una compañera del seminario planteaba al maestro, como haría para poder reunir los 500 dólares del seminario siguiente de Reiki 2.
De esta vida, que les ha sonreído y pueden pagarse cursos, viajes y seminarios, que pueden dedicar muchas horas por día a distintas disciplinas de meditación.
De las experiencias que siempre recuerdo, hay una que viene a esta reflexión, en 1996 cuando terminaba mi ultimo día del seminario de mi iniciación en Reiki 1, una compañera del seminario planteaba al maestro, como haría para poder reunir los 500 dólares del seminario siguiente de Reiki 2.
Las respuestas y soluciones me parecieron fuera de lugar e injustas, pues ella era una mujer madura, ciega y pobre. Había contado en esos dos días todas las dificultades que había tenido para ahorrar el dinero para ese seminario y que iba a ser prácticamente imposible ahorrar 3 veces más para el siguiente.
Muchas otras veces viví situaciones similares para muchos otros seminarios, cursos y viajes... ¿son entonces estos eventos restringidos para los elegidos?
Acaso los privilegiados pueden como dice la canción "comprar su escalera al cielo"?...
Acaso los privilegiados pueden como dice la canción "comprar su escalera al cielo"?...
Estoy convencido que de ninguna manera. El avance en el camino espiritual no va de la mano de el empujón que pueda dar una persona a otro que está en su camino. El avance solo lo hace uno solo. Nadie puede caminar por el otro, o subir un escalón de esa escalera espiritual a nombre de otro.
El tener el privilegio de recibir enseñanzas de uno o varios maestros, sirve para poder ver desde distintas perspectivas como caminar por el camino unico de cada uno. Pero no por obtener un diploma de maestro en una disciplina por el único mérito de tener el dinero para pagar los seminarios significa que esa persona halla avanzado más arriba de otra persona que apenas pudo pagar una iniciación.
Donde está el avance para mi, es, todo el logro que pudo sostener en el cada día, en cada semana y cada mes, una persona para mantener su voluntad de mejorar, aceptar errores viejos, pulir y cambiar.
Constantemente, cada mejora implica el comienzo de un nuevo ciclo, cada pequeño escalón que se logra subir, permitirá tener una perspectiva mejor para elegir por donde seguir, pero siempre habrá que mantener la humildad que, seguramente es mucho más lo que falta que lo que se logró avanzar.
Y esto no es ni pesimismo ni conformismo, para mí solo los humildes son los que en realidad avanzan, aquellos que pretenden convencer a sus amistades de todo lo que saben, de todo lo que han evolucionado y logrado, es nada más que una publicidad de su propio ego que una verdadera muestra de su progreso y evolución.
No todo lo que reluce es oro, no se puede comprar el ascenso de un solo escalon en la escalera al cielo. Las puertas no se abrirán porque se halla comprado la llave de oro, o porque se halla seguido al pie de la letra el camino que dijo un maestro.
No sirve tener la mejor biblioteca si no es es capaz de interpretar lo que se lee.
No es acertado pensar que una persona es un santo, porque se lo ve sonreír todos los días en su templo, donde está a salvo de tantas vivencias que otros tienen que enfrentar.
No es buena referencia pensar en el equilibrio que muestra un ermitaño que vive recluido en su ermita, pues allí de seguro tiene una vida de paz.
No es buena referencia pensar en el equilibrio que muestra un ermitaño que vive recluido en su ermita, pues allí de seguro tiene una vida de paz.
Habría que traer a ese ermita y a aquel maestro a la selva de problemas que viven muchos para ver quien es más equilibrado y más luchador por seguir su mejor camino posible.
Aquella compañera ciega sumida en un mundo de dificultades, seguramente hoy día luego de 15 años que pasaron es probable que halla comprendido que no importó no poder haber hecho más seminarios, importaba que haría de ahí en adelante para seguir cultivando su Alma.
Cultivar el alma, templar el espíritu todos lo pueden hacer, no sirven comparaciones y no hay ventajas para ninguno. Todo tiende a balancearse, pues por lo que me ha tocado vivir, el espíritu y el alma se templan y crecen cuando uno logra vencer las dificultades, levantarse una y otra vez de los tropezones.
Cultivar el alma, templar el espíritu todos lo pueden hacer, no sirven comparaciones y no hay ventajas para ninguno. Todo tiende a balancearse, pues por lo que me ha tocado vivir, el espíritu y el alma se templan y crecen cuando uno logra vencer las dificultades, levantarse una y otra vez de los tropezones.
Y de aquellas caídas más estrepitosas, quien logra seguir adelante sin sucumbir, seguramente habrá subido más de un escalón hacia el cielo.
Un abrazo para todos mis seguidores, Paul Barbé