Cuando vuelvo a leer mis artículos, siempre me queda la sensación de no haber logrado expresar una parte de la esencia que deseaba compartir. Todo lo espiritual es grandioso y al mismo tiempo difícil de tomar con las manos y también de expresarlo para otras personas.
Quizás porque cada profunda experiencia espiritual es única, quizás porque ella es accesible tan solo a esa persona y quien la lee o escucha no accederá a ella sino a la suya personal en su momento adecuado.
Apunto entonces especialmente a reiterar esa unicidad de camino de cada persona, todos los ejemplos son válidos, pero deberán ser tomados como una referencia, quizás como una inspiración, pero nunca un caminante deberá imitar los pasos de otro caminante, ni aún de un maestro.
(puede suceder que a ese maestro le reste tan sólo una lección por superar, mientras que el alumno ya superó justo esa, teniendo muchas otras diferentes aún por superar).
Si tomamos el concepto del Karma, idea muy conocida en todo el mundo, cada caminante tiene una historia que aún no resolvió, pues si hubiera resuelto todo su karma ya no tendría necesidad de seguir viviendo esta encarnación. Entonces un caminante busca avanzar en su sendero espiritual, al mismo tiempo que debe ir curando su interior, sanando su karma, deberá vivir las experiencias que aún le falta resolver para aprender; y es por eso que el camino será único para cada persona, pues son muchos los perfiles individuales a mejorar.
Cuando se habla de iluminación, a mi modo de entender la esencia de la espiritualidad, iluminación significa buscar alcanzar la profundidad del alma, dado que el alma es pura y eterna, su luz es la que debemos alcanzar.
Parecería más fácil entonces, alcanzar la luz interior que la luz de Dios, pero paradójicamente es lo mismo, pues quien alcanza su luz interior, su iluminación, al mismo tiempo accede a la luz de todo el Universo, pues todas las almas parten de la esencia de Dios y por lo tanto, en definitiva todos somos Uno, la diferencia está en el tiempo que llevará a cada uno alcanzar su iluminación.
Es entonces que el trabajo diario del caminante espiritual se divide en muchas tareas, el buen caminante no debe detenerse mucho tiempo en ninguna, pero tampoco hay una exigencia de tiempos, sino que crece la necesidad interior a medida que se avanza a desear volver a casa, a la casa de Dios, el retorno a la luz.
Despertar del alma, es posible cuando el caminante acepta su trabajo diario espiritual, y por lo tanto aunque no se vea claramente hacia donde camina, aún así siente en su interior cuando camina hacia rumbos correctos o si se está desviando o recorriendo círculos que lo traerán de nuevo al mismo lugar un tiempo después.
Lo importante en el sendero espiritual, es que no hay exigencias de otros, cada uno, traza sus metas, y si es honesto consigo mismo, se marcará senderos que sea capaz de transitar, y también entenderá que cada meta llevará todo un proceso de cambio personal y un tiempo para lograrlo.
Pero el caminante convencido, ese que cada día hace su mejor intento no se permite caer en la desazón por no poder cumplir con plazos planificados, sino que se sentirá feliz por algo tan sencillo y tan grandioso como mantenerse caminando de acuerdo a sus fuerzas y por lo tanto cambiando sus piedras interiores por joyas relucientes.
Espero humildemente haber logrado inspirar al menos a alguno de mis lectores, un abrazo a todos, Paul Barbé
PD: para aquellos que prefieren el idioma inglés, tiene disponible mi Blog en ingles, aunque no tan actualizado, http://paul-barbe-engl.blogspot.com