miércoles, 21 de septiembre de 2011

Perdón e introspección

Dos cosas esenciales para vivir mejor o también para alcanzar la paz interior.

Quien no perdona guarda rencor, el rencor retiene un sentimiento negativo o energía negativa, que se almacena en algún lugar del cuerpo. 
Estas energías almacenadas van reduciendo la energía vital del individuo, al tal punto puede llegarse que la persona no pueda sobrellevar en buenas condiciones su diario vivir.
En casos más complejos cuando los rencores son muy fuertes, si estos no son liberados pronto la persona cae enferma. O bien enferma su mente y ya no consigue pensar sin tener en cuenta sus rencores, entonces toda su vida queda condicionada a esa o esas presencias negativas, la vida y el mundo serán malos y nada será suficientemente agradable o favorable para sentirse bien.
Si los rencores, su energía, su sentimiento, se almacenan en el cuerpo, primero formarán contracturas, luego dolores focalizados y con el tiempo se transforman en enfermedades.
Por cualquiera de los caminos en que se localicen estas energías negativas, generan una carrera contra el tiempo, o bien la persona resuelve su conflicto interior o bien termina teniendo una muerte anticipada.

Es como si a una persona se le pide que transporte una bolsa todo a lo largo de una playa. Si esta persona va agregando piedras a su bolsa, la bolsa en un momento puede ser tan pesada que la persona no puede caminar más.

La introspección es otro trabajo que se debe hacer y que normalmente todos evitamos.

Todos hemos vivido desde la infancia, adolescencia, y en toda la vida situaciones mas o menos traumáticas, las cuales hemos resuelto ocultándolas en un rincón oscuro de nuestro ser para poder seguir adelante.
Y tanto como los rencores, cuanto más cosas negativas sin resolver se acumulan, peor se vive.

Si nuestra mente va dejando de lado rincones que no quiere visitar porque allí hay guardados recuerdos dolorosos, estos seguirán ahí, minando la vida. La mente tendrá tantos rincones que evitar, que ¿por dónde circulará un día?

Es un proceso duro tomar cada recuerdo traumático, observarlo, y dejar que vengan los sentimientos que despiertan, pero de todos ellos una vez que los tenemos en el presente veremos asombrados que son tan solo experiencias del pasado, y ¿para qué seguir guardándolos? 
Por lo tanto luego de observada y sentida la podemos liberar y quedarnos con el espacio que ocupaba libre y llenarlo de amor.

Es tan reconfortante alcanzar ese logro que vale por lejos es esfuerzo hecho.

Lograr vivir bien es en esencia aprender a perdonar, para liberarse de la carga que genera no hacerlo. 

Hay una frase conocida que dice: "Puedo perdonar, aunque no olvidar". 
Es un paso, pero aún hay que agregar, "No olvidar puede ser bueno como mecanismo de aprendizaje, o para evitar caer en la misma situación, pero, esfuércese en aprender de esa experiencia, así perdona y la suelta, y queda libre".

Entonces, amigo, si desea vivir mejor, perdone y también intente limpiar su baúl de recuerdos. De lo malo solo retenga su enseñanza.

Desde el punto de vista espiritual el proceso de introspección es vital, a medida que alguien se va liberando de todas las experiencias negativas guardadas, su energía vital no es malgastada y además va logrando conocerse a sí mismo; y así el por qué llegó adónde está hoy como la evolución lógica del proceso de sobrevivir a sus experiencias pasadas.


Cuando logre sacar un viejo trauma de su escondite y ponerlo frente a su conciencia, comprenderá el porqué de cada acción de su pasado, así podrá corregir y mejorar. 
Si logra quitar un viejo trauma, entonces ya no reaccionará automáticamente a causa de él.

A medida que logre retirar más piedras, más liviano estará. Cuanto más liberación, más paz interior; cuanto más paz interior, más luz interior habrá.


Un abrazo a todos, Paul Barbé