domingo, 9 de julio de 2017

Camino espiritual de un simple ser humano

El camino espiritual es algo que se va aprendiendo a transitar y conocer a cada paso, hay toda una suma de situaciones que nos impulsan en algún momento de nuestra vida a iniciarlo.
El momento que decidimos comenzar no tenemos ni la menor idea de que se trata, adonde estamos ni adónde vamos en ese sendero, entonces es muy común que lleguen las frustraciones.
Al iniciar el camino espiritual nos guiamos por hábito humano en experiencias anteriores y por ello somos guiados por nuestra mente quien escucha en todo tiempo la voz que la acompaña: el Ego… Pero sucede que el verdadero camino espiritual No despierta interés para el Ego entonces comenzará a boicotear esa actividad.
Muchas veces el novicio llega a esa búsqueda pues siente la necesidad de encontrar alguna forma de aceptar mejor los vaivenes de la vida y de vivir con mayor paz, ese es un buen inicio… más fácil.
Pero otras veces el novicio entra en este camino por consejo de amigos, quienes lo invitan a participar en reuniones, retiros, ceremonias, etc… 
Esa, es una forma de inicio en la que el Ego despertará al mismo tiempo su interés de competir. Cuando el inicio va llevado de la mano junto a otras personas que acompañan, el Ego buscará la manera de incluir en esa actividad la competencia y esto será una enorme trampa suya quien en definitiva busca salir del camino espiritual.
El camino espiritual es un camino solitario, donde hay muchas veces luces en el transitar, también sombras que evitar.
Las primeras luces que vamos encontrando serán las de muchos seres espirituales, que queriendo o no, iremos dejando atrás, simplemente porque el camino es individual. 
Cada ser humano tiene su camino único a seguir y por ello para un verdadero y sincero camino espiritual no sirve apegarse a un maestro y seguirlo a él como si fuéramos su sombra. 
Eso es porque ese maestro también tiene su camino único y nadie podrá avanzar en ese camino, el alumno si podrá aprender muchas cosas de ese maestro, pero deberá aprender a conocer su propio camino y luego la forma más adecuada para avanzar en cada paso.
Aun así cuando un ser humano cultiva su propio camino, en soledad o en independencia eso no quiere decir que ni la mente ni el Ego no busquen con todas sus trampas quitarlo de allí.

El camino espiritual va de la mano de la meditación y cualquiera que haya hecho sus primeros pasos para meditar conoce todo lo difícil que es hacerlo, pues la mente no para de distraer mientras el Ego no para de insistir que es una pérdida de tiempo. 
La mente de todas las personas fue entrenada a resolver problemas, el camino espiritual no tiene que resolver nada, el Ego necesita sentirse halagado, el camino espiritual es humildad, es entrega absoluta.

En el momento de meditar tanto, el mejor cirujano, como un ingeniero, un gran empresario, un trabajador del campo,  un desempleado, un mendigo, un joven o anciano o quien sea, todos se igualan. No importa lo que alguien Es en este momento de su existencia… no importa para nada… incluso será mucho más sencillo para quien menos tiene económica o socialmente, pues podrá soltar con más facilidad su existencia mundana para aceptar su necesaria rendición.

La meditación  requiere que uno logre enfocarse en el “Aquí y Ahora” o sea desvincularse de todo lo que rodea, no prestar atención al tren de pensamientos de la mente, no prestar atención a los recuerdos, a las preocupaciones por los miles de futuros probables, ni por el día de mañana o la hora que sigue luego de la meditación. 
No pensar si la habitación es el mejor lugar para meditar o lo sería un lugar solitario en una playa, en un bosque al lado de un arroyo, en la cima de una montaña o en un gran templo en el Tíbet rodeado de grandes maestros… la meditación funcionará perfectamente en cualquier lugar y aceptando que además ese es el mejor momento para hacerlo, pues es el lugar y momento que hemos elegido.

Entonces cuando se logra respirar en paz, enfocarse sólo en la respiración, enfocarse en la inmensa libertad de nuestra conciencia, capaz de soltar al mundo que nos rodea y de toda su historia… capaz de estar “Aquí y Ahora”… cuando se logra ese momento mágico de paz allí es donde la conciencia se abraza a su camino espiritual…

Allí es donde la conciencia puede abrir la puerta del tempo interior, que siempre estuvo dentro de su mismo ser. 
El Templo Interior, donde está esa paz eterna del Ser, donde no se necesita absolutamente nada, donde no tiene que hacer nada para que algo sea mejor… Simplemente soltar todo, entregarse al estado de conciencia de Aquí y Ahora y nada más.

Estando en conciencia, en libertad de la existencia humana, estando espiritualmente parados en el centro de nuestro Templo Interior, respirando, vibrando, llegará un momento que se comienza a sentir una alegría que nos abraza, a ver una luz que rodea todo, en medio de esa nada que a su vez es todo luz, todo alegría. 

Ese es el momento de máximo gozo que podemos vivir, la conciencia de nuestra eternidad.

Cada vez que se lograr alcanzar ese momento mágico, o cada vez que estamos más cerca de lograrlo, será motivo más que válido para buscar repetirlo toda oportunidad que tengamos a lo largo de nuestro diario vivir.
A tal punto que, al volver a nuestra vida común se comienza a observar “desde un costado” lo mundano, el circo imparable de la mente programada para competir en un mundo loco que “parece rodearnos”.
Existen hoy día cientos, miles de frases para todo tipo de cosas incluso para ayudar a vivir mejor o para la meditación… Pero en esencia no se necesitan frases, no es imprescindible tener un maestro para hacer un camino espiritual, pues como ya he dicho es un camino solitario, y para ese camino solitario e individual, que es distinto para cada uno.

De poco sirve que un maestro nos explique cómo saltar de piedra en piedra para llegar hasta la cima de una montaña, si nuestro camino es en el desierto de arena.

Cada vez que se vuelve a experimentar un momento de acercamiento al estado de conciencia del Aquí y Ahora… cada vez que el todo se convierte en algo tan simple como soltar el mundo y dejarlo de lado para estar en uno mismo, en la experiencia de sentir nuestra eternidad… avanzamos un paso en nuestro camino espiritual.

Me siento enormemente agradecido de poder compartir humildemente mis experiencias, y espero poder ayudar a quienes me leen a encontrar sus caminos.

Paul Barbé